El tiramisú fue uno de los primeros postres que aprendí. De fácil elaboración, lo podemos tener listo en un momento, para una comida familiar, de amigos... es el toque ideal para finalizar una velada. No resulta nada copioso, muy ligero y de exquisito sabor, que nos proporciona el contraste del queso mascarpone con el bizcocho empapado de café.
Hay tantas recetas como personas que lo elaboran, ésta es la que yo hago y la que nos gusta, pero se puede adaptar a los gustos de cada uno, hay quién le añade las claras a punto de nieve, nata montada, etc.
Ingredientes
- 2 paquetes de bizcocho de soletilla o bien una plancha de bizcocho genovés
- 1/2 litro de café bien cargado
- 2 tarrinas de queso mascarpone
- 1 yema de huevo cruda
- 6 o 7 cucharadas soperas de azúcar
- 1 cucharadita de brandy, amaretto o el licor que más os guste
- cacao en polvo valor para espovorear
- azúcar glass para espolvorear
Elaboración
En primer lugar prepararemos un café más bien fuerte. Por otro lado mezclamos en un bol el queso mascarpone con la yema de huevo, una vez esté bien integrado, añadiremos 4 o 5 cucaradas de azúcar( según nos guste más o menos dulce) y vamos mezclando hasta conseguir una crema.
Una vez haya enfriado el café, le añadimos 1 o 2 cucharadas de azúcar y el licor (yo le puse brandy).
A continuación vamos con el montaje; mojaremos los bizcochos de soletilla en el café, que queden bien empapados pero con cuidado de que no se nos rompan ( yo los fui untando con un pincel, si hacemos una plancha de bizcocho genovés creo que también será mejor mojarla con un pincel para que no se rompa). En el recipiente donde lo vayamos a servir, ponemos una capa de bizcocho y encima una capa de crema de queso, y así sucesivamente hasta terminar.
Por último, terminaremos con una capa de crema de queso, que espolvorearemos con cacao puro valor, y un poquito de azúcar glass, introduciremos en el frigorífico almenos 3 horas antes de comerlo.
¡Espero que os guste!
